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Un balazo quebró los sueños de Roque

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Roque Bergareche podía haber tenido una vida más o menos acomodada en España, pero prefirió abrir nuevos caminos. Deseaba innovar. Para eso, abandonó en 2010 su puesto en N+1, una entidad con más de 200 empleados especializada en productos financieros, para crear su propia empresa en Angola tras la pacificación del país en 2002. El pasado viernes, un grupo de jóvenes le asaltó en Luanda y una bala reventó todos sus sueños.

Roque estudió en el colegio Santa María de los Rosales. Después se licenció en Empresariales por ICADE, tras lo cual trabajó en una consultora y más tarde en N+1. Hijo de Santiago Bergareche, copresidente de CEPSA y consejero del grupo Vocento, y nieto del fallecido Ramón Mendoza, que fue presidente del Real Madrid, decidió romper con todo para embarcarse en una aventura. Fundó, junto a su amigo Jorge Calvillo, la empresa Vig World, dedicada al desarrollo de proyectos de infraestructuras en países emergentes. “Quisimos establecernos en Angola porque consideramos que es un país interesante, donde podríamos crear una estructura innovadora. Hasta ahora, nunca habíamos tenido problemas de seguridad, aunque sabíamos que hay zonas peligrosas”, cuenta Jorge, roto por el dolor, en el tanatorio de Madrid al que acaba de llegar el cadáver.

 

El que iba a ser el último día de sus 29 años de vida, Roque y su socio Javier Montojo salieron tarde de su oficina del barrio de la Sagrada Familia. Decidieron ir a cenar a un restaurante del centro de la capital angoleña. Nada más llegar al aparcamiento del local, se vieron rodeados por un grupo de jóvenes de entre 14 y 17 años, que empezaron a agredirles con palos y otros objetos contundentes. Javier recibió el culatazo de una pistola, mientras Roque cayó al suelo inconsciente al ser golpeado. Inmediatamente se oyó un disparo. Un balazo en la cabeza le causó la muerte.

 

La pandilla de atracadores huyó en un coche llevándose consigo un exiguo botín: un teléfono móvil arrebatado a las víctimas, según fuentes de la familia.

 

Uno de los socios angoleños de la pequeña empresa fundada por Roque Bergareche aseguró ayer que los autores del homicidio ya están detenidos y que la policía está investigando las circunstancias del crimen. Otra persona del entorno familiar comentó que todavía falta por localizar uno de los implicados en la mortal agresión.

 

“Roque era extraordinario. Un fuera de serie no solo desde el punto de vista profesional, sino como persona. Han venido al tanatorio incluso amigos desde Colombia”, explica Jorge Calvillo.

 

“Aquí ya sabemos cómo están las cosas por la grave situación de crisis que padecemos. Roque, igual que otros muchos jóvenes españoles, decidió buscar mejores oportunidades en Angola”, dice su tío Ramón Mendoza, hijo de quien fuera presidente del Real Madrid y pionero en abrir mercados en Rusia y otros países del Este. Roque, pues, se unió a la sangría de jóvenes preparados que abandonan España ante el calamitoso estado de su economía. “Es una tragedia que se vaya de aquí una generación tan preparada y que tantos esfuerzos y tanto dinero nos han costado a las familias”, añade Mendoza.

 

“Tenía muchas cosas de su abuelo. Su mismo espíritu emprendedor. Muchos pensábamos que andando el tiempo llegaría, como él, a ser presidente del Real Madrid”, comenta otro de sus mejores amigos.

 

Ramón Mendoza confió que una de las primeras personas en testimoniar su pesar a la familia fue el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, junto a su esposa, Mar Utrera. Gallardón y su mujer recordaron que ellos estuvieron a punto de padecer una tragedia similar: su hijo José, abogado de 26 años, sobrevivió a un atraco el pasado julio en São Paulo (Brasil). El amigo italiano que lo acompañaba, Tommaso Lotto, de 27 años, murió de un tiro en el pecho.

 

Vig World, con 17 empleados, había participado en el equipamiento de una moderna maternidad en Luanda y actualmente desarrolla un proyecto encaminado a elaborar un mapa energético de Angola para aprovechar mejor sus recursos ecológicos y de energía renovable.

 

El joven asesinado solía viajar con frecuencia desde Luanda a Madrid. Ya tenía sacado billete para volar a Madrid ayer, sábado. Y lo hizo, aunque desgraciadamente, dentro de un ataúd.

 

Roque tenía previsto casarse el próximo mayo con su novia, Verónica Corsini Prado, en Jerez de la Frontera (Cádiz). La muchacha, arropada por un grupo de amigas, lloraba ayer sin consuelo en el frío tanatorio de la M-30. La bala que mató a su prometido también le ha destrozado su vida.

 

Los restos mortales del emprendedor empresario serán incinerados a las doce de la mañana de hoy en La Almudena. Cientos de personas acudieron ayer a acompañar a sus padres y a sus hermanos, Jacobo y Nicolás. Una de las personas que testimonió su pesar fue Rafael Spottorno Díaz-Caro, jefe de la Casa del Rey.

 

Fuente: politica.elpais.com