¿Les suena la historia de Rosa Parks ? Federico Mayor Zaragoza la recordaba en una reciente entrevista con Jordi Évole . Parks, de origen afroamericano, al no ceder su asiento del autobús a un hombre blanco, como marcaba la ley, sembró la semilla para que Martin Luther King, primero, y Barack Obama, después, formaran parte del paisaje normalizado de Estados Unidos. Ese pequeño gesto fue la chispa que creó el Movimiento de los Derechos Civiles y, de algún modo, cambió el curso de la historia. Hace dos semanas quise compartir la apasionante historia del joven catalán Borja Juez, ahora con la vista puesta en Kenia a través de su oenegé. Probablemente, él es un ejemplo de que historias como las de Rosa Parks las podemos crear entre todos, y que no tan solo son anecdóticas, y buenas para escribir sobre ellas, sino que de verdad acaban cambiando, mucho o poco, la vida de muchas personas.
Ahí está también la historia del barcelonés Álex Lopera (20 años) que, tras un viaje a Nueva York, donde conoció a otro joven que ha descubierto lo que parece ser un nuevo método de lucha contra el cáncer, diseñó un reloj que sirve para financiar la investigación de su proyecto.
Decía Teresa de Calcuta: «Sin tu gota de agua, el océano es más pequeño». Al fin y al cabo, por limitado que sea su impacto, crear un perfil de Twitter que controle la actividad de los parlamentarios, militar en un partido y decir en voz alta que uno no está de acuerdo con nada (tan poco habitual, lamentablemente), promover una campaña de desobediencia civil en relación con los peajes o cualquier otra cosa, o crear una asociación no son, ni de lejos, actividades triviales. Desde luego, no podemos permitirnos el lujo de dormirnos, porque mientras tanto hay quienes están muy despiertos y, por lo visto, a punto de intervenir.
por Nacho Corredor vía e-Periódico