Gemma Solés

Persona, ser y África

1.- ¿Dónde vives?

Actualmente, y desde hace pocos meses, en Madrid.

2.- ¿Desde cuando viajas/vives a/en África?

Mi primer viaje a África fue en 2001. Mi primer país fue Senegal. Me hechizó. Después fue Mozambique. Pero no fue hasta 2013 que me trasladé a Nairobi, y pasé más de dos años viajando por toda la parte oriental del continente.

3.- ¿Por qué África?

La “culpa” fue de un grupo de mujeres gambianas de mi pueblo con las que hacía un voluntariado. Yo tenía 16 años y empecé a sentir mucha curiosidad por esa otra realidad. Al cabo de un par de años, la oenegé que coordinaba el voluntariado me ofreció visitar un proyecto suyo al sur de Senegal. Y al pisar esa tierra me enamoré hasta las trancas de ella…

4.- ¿Ha cambiado tu visión de este continente de la primera vez que llegaste a ahora?

Mucho. Llegué a África siendo muy inmadura. Idealizando mucho todo lo que veía y vivía. Ellos (los africanos que yo conocía –que eran senegaleses-) tenían, a mi modo de ver, todo lo que a nosotros nos faltaba. Me despertó una crítica voraz hacia mi propia sociedad (catalana, occidental…). Pero poco a poco te vas dando cuenta de que hay muchas cosas que se te escapan. Aprendes a observar más y hablar menos.

5.- Una buena vivencia.

Todas las instantáneas que tengo con la naturaleza. Despertarme en la cima de la montaña de Livingstonia, con la Bahía de Nkhata a mis pies, en el impresionante lago Malawi. Acostarme bajo las estrellas del Serengueti, en Tanzania, con el sonido de los elefantes custodiando mi sueño. Andar entre babuinos más grandes que yo en las montañas que van de Nkwichi a Cobué, en Mozambique. Un té caliente a primera hora de la mañana, entre niebla y chillidos de chavales que se van al cole, ante el lago Burera, en Ruanda…

6.- ¿Y una no tan buena?

Una vez, dos chavales que iban muy puestos de khat (una hierba de procedencia somalí que suelen masticar en Kenia para estar despiertos), me echaron de un matatu (autobuses de Nairobi) después de que me negara a pagar más que el resto por el mismo trayecto. No tenían suficiente con haberme intentado estafar que me querían empujar por la puerta con el autobús en marcha mientras me gritaban: “¡vuelve a Inglaterra muzungu (blanca)!”. Nadie del autobús se inmutó y miraban por la ventana mientras les pedía que me echaran un cable. Por suerte, el conductor frenó a tiempo. Pero viví en primera persona el racismo, la ignorancia de la realidad del “otro” y la xenofobia.

7.- Un plato africano.

Las brochettes de Burundi.

8.- Un libro sobre África.

Historia del África Negra, de Joseph Ki-Zerbo. Es mi Biblia.

9.- Ciudad favorita.

Kampala. ¡Y que no se ponga de moda, por favor!

10.- Una canción africana.

Pata Pata, de Miriam Makeba.

11.- Una película sobre/de/desde África.

Moolaade, de Ousmane Sembene.

 

Periodismo

1.- África sale en los medios españoles de una manera muy residual y negativa, ¿a qué se debe?

Creo que hay dos motivos básicos. Uno son los intereses geoestratégicos de España, mucho más relacionados con América Latina que África hasta ahora. Y otro tiene que ver la amnesia selectiva de los españoles y el desarraigo cultural con África del Norte y el mundo musulmán.

2.- ¿Crees que la manera de contar África en los medios españoles es la adecuada? En caso de que no, ¿Cómo debería ser? En caso de que sí, ¿Por qué?

Un buen experimento es preguntarle a la gente de la calle, qué saben sobre África. La mayoría solo tiene una referencia: los subsaharianos intentando saltar la valla de Melilla o siendo rescatados de un cayuco a la deriva… Más allá de este bombardeo informativo que llega en forma de intoxicación mediática, África solo aparece en la sección de política internacional de algún periódico, residualmente, cuando hay elecciones fraudulentas, conflictos, violencia… Sé está haciendo muy buena labor informativa en secciones de derechos humanos, pero siempre se fomenta la misma imagen. ¿En qué informativo aparece la visita de Zuckerberg a Kenia o Nigeria, dos de los países con más avances tecnológicos del continente? ¿Dónde están los reportajes a los mejores atletas del mundo cuando reportamos sobre las Olimpiadas? ¿Quién habla de los festivales de música africanos y los últimos lanzamientos cinematográficos de África en nuestras secciones de cultura?…

3.- Cuando ocurre algo con repercusión mediática internacional en África y no hay un periodista español en el terreno muchos critican la ausencia de corresponsales en el continente. Si fueras el jefe de Internacional de un medio y te permitieran “colocar” a cuatro corresponsales en África subsahariana, ¿Dónde lo harías? ¿Por qué?

Dakar, Nairobi, Johannesburgo y Lagos. Desde estas cuatro ciudades es fácil moverte a diferentes puntos de cada región. Sería el mínimo aceptable para poder dar una mejor cobertura del continente a España. Pero informar de Costa de Marfil desde Dakar tampoco vale…

 4.- ¿Cuáles son los temas que más consigues vender a los medios?

Historias de superación, de transformación social, de pequeños héroes y heroínas cotidianos, de proyectos que generan impacto positivo en comunidades vulnerables. Historias que inspiren.

5.- ¿Qué tipo de temas te gustaría publicar más?

Estoy satisfecha con mi sed informativa porque en Wiriko llenamos ese hueco en temas culturales africanos. Pero sería un triunfo para la sociedad que las revistas culturales de gran tirada empezaran a contar con personas especializadas en el tema cultural africano para añadir más contenido de este tipo, y no desde una pestañita especial para África, sino como parte de su menú habitual…

6.- Desde España nos imaginamos al periodista en África como un ‘Indiana Jones’, ¿Cómo es tu día a día como periodista en África?

El Sol sale y se pone igual en Nairobi o en Madrid. Pero hay que reconocer que la vida es mucho más fácil en Europa. No hay que pelear para poder tener asiento en un autobús, o para que no te cobren más por un trayecto por el mero hecho de ser blanco. No hay que sufrir horas de tráfico para llegar a la otra punta de la ciudad, donde te has citado con tu entrevistado/a. En Europa tampoco tienes que sufrir por si hay corte de luz esta noche y no puedes entregar el artículo al que te habías comprometido a tiempo. O por las innumerables veces que cogerás bacterias, amebas o cualquier ocupa intestinal que te mantendrá en cama por una semana. O por volver a casa en taxi si es de noche porque eres mujer y blanca, y son dos factores que te hacen más vulnerable que al resto en ciudades como Nairobi. No somos ‘Indiana Jones’, pero es cierto que para realizar esta profesión en ciertos lugar de África, y siendo freelance, hay que tener un punto aventurero o, si más no, estar dispuesto a cambiar de hábitos, renunciar a algunas comodidades, tener una capacidad de adaptación muy alta y ensuciarse las botas cuando llueve. La mayoría de los que hacemos esto, trabajamos desde un oficina móvil en cafeterías, hostales y hasta en casas de couchsurfings que te hospedan cuando te tienes que mover fuera de tu casa y no tienes dinero suficiente para pagarte un hotel (¡vivir en África es muy caro!). Hay días que te despiertas cansado y te vas a dormir derrotado. Pero cuando amas lo que haces…

7.- A menudo nos olvidamos de los periodistas locales en el continente, ¿qué opinas del periodismo hecho sobre África por los africanos?

¿Quién mejor que yo para explicar mi realidad? Me parece absolutamente necesario tenerlos cerca, escucharlos, leerlos, trabajar junto a ellos y aprender de ellos y ellas.

 8.-  Un personaje que haya cambiado la historia de África. No se vale Mandela.

Está lleno. La mayoría de activistas son personajes anónimos. Mujeres. Me quedo con Wangari Maathai, activista medioambiental y política keniana.

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