Javier Fariñas

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Nombre: Javier Fariñas Martín

Profesión: Periodista

Twitter: @JavierFMartin

Sobre él: Madrileño. La vocación infantil de ser médico se traspapeló para llegar al periodismo. Formado en la Universidad Complutense, comencé a aprender a ser periodismo en redacciones de provincias, donde las noticias quedan casi siempre cerca. Después de 10 años de radio y de algo de televisión, llegué al mundo de la cooperación, donde trabajé una década en el departamento de Comunicación. Allí, pude conocer un puñado de países del continente americano, de Asia y Oriente Próximo, y algo del Este de Europa. En abril de 2004, tras una carambola de la profesión, llegué a la redacción de Mundo Negro, de la que soy redactor jefe desde julio de ese año.

Persona, ser y África

1.- ¿Dónde vives?

En un pequeño pueblo relativamente cerca de Madrid.

2.- ¿Desde cuando viajas/vives a/en África?

He viajado un par de veces al continente. Primero a Burundi y Ruanda, y hace unos meses pasé por Sudáfrica camino de Mozambique. Vivir, en clave africana, desde hace 4 años, cuando aterricé en la redacción de Mundo Negro.

3.- ¿Por qué África?

En una publicación como esta, dedicada monográficamente a África, –especialmente al África subsahariana–, y a la diáspora africana por todo el mundo, no hay otra posibilidad. Sin embargo, durante los 10 años que trabajé en el Tercer Sector, y en los que conocí otros continentes, sentía una especie de necesidad de conocer esta tierra. Pero mis jefes de entonces prefirieron que fuera a otros sitios, a pesar de que cada vez que había alguna ‘percha’ proponía ir a Nigeria, a Benín o, incluso, atravesar el desierto del Sahara a bordo de un cuatro latas con un misionero español, el bueno de Antonio Molina –ya fallecido–, que hizo lo propio cuando era muy joven. Pero o no supe vender bien el proyecto, o no cayó bien en la dirección. El caso es que en diez años nunca hubo oportunidad de ir al continente. He tenido que llegar a Mundo Negro para comenzar a africanizarme.

4.- ¿Ha cambiado tu visión de este continente de la primera vez que llegaste a ahora?

Mis desempeños profesionales anteriores me habían colocado principalmente en América, en Asia y Oriente Próximo. Mi visión del continente pasaba por lo que aparecía en los medios sobre él, que es bastante poco y bastante parcial. De hecho, cuento muchas veces que, en mi primera semana en Mundo Negro, en la búsqueda de temas africanos en  nuestros grandes medios, no encontré ni una sola noticia de lo que allí pasaba. Para saber qué ocurría tenía que buscar en medios y agencias internacionales, porque los más renombrados de los nuestros no dejaban ni un suelto para África. Durante una semana, nada de nada. Cincuenta y tantos países, más de 1.200 millones de personas… y nada. Por tanto, más que cambiar mi visión sobre el continente, en estos cuatro años estoy comenzando a forjarme una idea de lo que es África.

5.- Un buena vivencia.

Encontrarme en Buyumbura con Germán Arconada, un misionero de África (Padres Blancos), al que había conocido en Madrid años atrás, y con el que había quedado con el típico ‘Bueno, la próxima vez nos vemos en Burundi’. Esta vez se cumplió.

6.- ¿Y una no tan buena?

Cualquier manifestación de la injusticia que sufren los pueblos africanos.

7.- Un plato africano.

La matapha que nos comimos en el restaurante de Mama Sarah, en Ilha de Mozambique.

8.- Un libro sobre África.

Me gustan los de periodistas que han trabajado allí. Para no tirar de memoria, acabo de terminar Habitaciones de soledad y miedo, de Vicente Romero. El libro no es africano, pero algunos de sus capítulos sí lo son. Habla del genocidio de Ruanda, de la lucha por la independencia en Mozambique… África y los africanos, con los que ha vivido el autor, protagonizan muchas páginas de este libro.

9.- Ciudad favorita.

Probablemente Buyumbura, por ser la primera.

10.- Una canción africana.

¿Sirven afrodescendientes? Condolence, de Benjamin Clementine.

11.- Una película sobre/de/desde África.

Aunque no es sobre, ni de, ni desde África, me quedo con Intocable, que muestra el continente que vive entre nosotros.

Periodismo

1.- África sale en los medios españoles de una manera muy residual y negativa, ¿a qué se debe?

La franja mediterránea de África si aparece, sí tiene cierta presencia en nuestros medios, y no es infrecuente que se dedique tiempo y espacio al análisis de lo que ahí ocurre. Del Sáhara hacia el sur… es diferente. No es fácil acotar demasiado la reflexión sobre esto. Sin embargo la falta de influencia de la mayoría de los países del continente en el escenario internacional hace que les ‘castiguemos’ a la nada en el día a día de nuestras redacciones. Además, como bien dices, cuando aparecen suele ser para ir al galope con los cuatro jinetes del apocalipsis: el hambre, la corrupción, la guerra, la enfermedad, el miedo…

2.- ¿Crees que la manera de contar África en los medios españoles es la adecuada? En caso de que no, ¿cómo debería ser? En caso de que sí, ¿por qué?

Creo que se trata de hacer periodismo, sin más. Scalfari, el fundador y director un montón de tiempo de La Repubblica, dijo en una ocasión –y cito de memoria- que ‘periodista es gente que le cuenta a la gente lo que le pasa a la gente’. Así, sin más. Esa definición me gusta y me identifico mucho con ella, aunque casi nunca llegue a esa meta. ¿Contamos África así? Muchos compañeros sí lo hacen, y lo hacen muy bien, desde allí, a la escucha de lo que ocurre, pero también es cierto que en demasiadas cabeceras prestamos más atención a lo que pasa al norte, al este o al oeste de esa frontera que se llama Sáhara.

3.- Cuando ocurre algo con repercusión mediática internacional en África y no hay un periodista español en el terreno muchos critican la ausencia de corresponsales en el continente. Si fueras el jefe de Internacional de un medio y te permitieran “colocar” a cuatro corresponsales en África subsahariana, ¿Dónde lo harías? ¿Por qué?

Buscaría sitios donde la noticia no cayera como fruta madura. No elegiría Rabat, ni Nairobi, ni Johannesburgo o Ciudad del Cabo, ni El Cairo o Adís. Como dicen mis hijos, me estaría tirando ‘un triple’, porque seguro que mis superiores no apostarían por ninguno de estos sitios, pero ahí van: 1) Sahara Occidental, por vínculos históricos y porque es el proceso descolonizador que queda por resolver en el continente. 2) República Centroafricana, porque el conflicto nos está dejando el ejemplo de que cristianos y musulmanes no solo no hacen la guerra, sino que luchan por conseguir la paz, a pesar de que nos empeñemos en contar lo contrario. 3) Eritrea, porque nadie sabe qué pasa ahí dentro. Y 4) Namibia, ¿por qué? ¿Por qué no?

4.- ¿Cuáles son los temas que más consigues vender a los medios?

Al no trabajar como autónomo y publicar en Mundo Negro, el objetivo es equilibrar los contenidos de la revista. Debemos tener política, economía, cultura, presentar el trabajo de los misioneros… ‘Gente que le cuenta a la gente lo que le pasa a la gente’.

5.- ¿Qué tipo de temas te gustaría publicar más?

Aquello que pasa desapercibido. Me gustaría trabajar en el periódico de las noticias pequeñas, de las cosas cotidianas. Me apasiona escuchar a la gente. El otro día pasó por la redacción un misionero que trabaja en Sudán del Sur y que nos contó, entre carcajadas, cómo explicaba a un colaborador de la misión cómo hacer huevos fritos… La aventura merecería, al menos, un par de páginas.

6.- Desde España nos imaginamos al periodista en África como un ‘Indiana Jones’, ¿cómo es tu día a día como periodista en África?

El día a día, desde Madrid, en la redacción de Mundo Negro no tiene mucho que ver con los compañeros que batallan allí. Las semanas ‘africanas’ han sido días de mucho trasiego, mucho viaje, muchas páginas anotadas, mucho escuchar… Días de mucho trabajo, con alguna matapha o vianda local de por medio.

7.- A menudo nos olvidamos de los periodistas locales en el continente, ¿qué opinas del periodismo hecho sobre África por los africanos?

Hay buenos y malos periodistas en todas partes. Sin embargo, hay ocasiones en las que partimos de cierta ‘superioridad’ sobre nuestros compañeros africanos. Llegamos allí, llevamos unos días o unas semanas –en mi caso– y nos creemos en disposición de interpretar el mundo, cuando lo mejor que podíamos hacer es callarnos y dejar que otros contaran lo que allí está pasando. Si nuestros medios apostaran por corresponsalías en África, ¿por qué no contar con periodistas africanos?

8.-  Un personaje que haya cambiado la historia de África. No vale Mandela.

Me quedo con una mujer anónima, nigerina, de nombre Aï, de la que habla Martín Caparrós en su libro El hambre.

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